Si tienes problemas (como yo) para crear contenido en diferentes plataformas, puedes probar con esta técnica.
Muchos podcasters pasan (pasamos) demasiado tiempo revisando las descargas/reproducciones de los episodios de nuestros podcasts.
Algunos, los más obsesivos (como yo), hemos estado horas frente a la pantalla presionando F5 para comprobar cómo ese numerito mágico sube poco a poco.
O como se mantiene siempre igual.
Las métricas (descargas/escuchas/reproducciones, llamalas como quieras) sonsolo una de las herramientasque los creadores y más precisamente los podcasters, tenemos disponibles para medir el impacto de nuestros contenidos.
1000 descargas y para qué
Mi primer podcast, el mismo del que te hable en la newsletter pasada pero cuyo enlace no volveré a compartir porque conservo algo de pudor, fue mi primer programa en alcanzar las 1000 descargas.
¡Cuidado!
Porque mil descargas se dicen rapidito pero ni antes no ahora es tan sencillo.
Tengo bastante claro que muchas de las personas que reciben esta newsletter deben alcanzar ese número de reproducciones con mucho menos esfuerzo del que yo tengo que hacer para darle play a la serie de Daryl Dixon que se estrena dentro de un par de semanas.
Pero también sé que a muchas otras personas les costará mucho acercarse a esa cifra y tal vez nunca lo hagan.
Y aquel podcast, recién lanzado, a pesar de haberlo logrado muy rápido, solo tuvo cinco episodios.
Y se murió para siempre.
La vida en los comentarios de iVoox
En paralelo, mi podcast sobre The Walking Dead, tardó varios episodios en conseguir sus primeras 100 reproducciones.
Y ese podcast siguió vivo hasta el final de la serie, varios años después.
Porque «la vida» de ese podcast no estaba en las reproducciones.
Estaba en su audiencia.
Cada review de TWD recibía varios comentarios en iVoox, menciones en Twitter y mensajes en Telegram.
Mientras que en el podcast al que escuchaban 1000 personas nunca nadie dijo nada.
Los comentarios sobre running
Por otra parte, con El Podcast que Faltaba, jamás llegamos (ni llegaremos) a las 1000 reproducciones.
Lo tenemos clarísimo.
Pero desde hace años que nos escuchan las mismas personas.
Podrían nombrarte a varias de ellas.
A ellas no les importa si hablamos sobre la mejor película de Star Wars o si contamos que Antonio corrió una carrera en una montaña nevada.
Y esa gente nos escucha SIEMPRE.
Hasta comparten sus hazañas deportivas con Antonio porque saben que le gusta el running, el ciclismo y otras cosas de montaña que todavía me niego a entender.
Este podcast está vivo en su audiencia, no en sus descargas.
Y si no grabamos durante tres meses, cuando publicamos un nuevo episodio están ahí.
Los haters
Con Podcast Cinematográfico de Marvel tenemos otros parámetros.
Durante varios años, nuestro audiencia no superó las 100/150 descargas.
Teníamos 300 personas en la comunidad de Telegram pero nos escuchaba la mitad (o menos).
Pero esas 100 personas eran geniales.
Cinco de ellas, hoy forman parte del podcast y graban casi tanto o más que mi amigo el mago y yo, los fundadores.
Pero el podcast creció.
De la mano de Disney, Marvel, Kevin Feige y Thanos, el podcast alcanzó números que jamás hubiéramos imaginado.
Muy grandes.
Y eso nos hizo incorporar un nuevo parámetro de éxito: Los haters.
No hay uno… No hay un solo episodio en el que no recibamos feedback negativo y tóxico.
Del malo. De ese que busca lastimar.
Ya sea en iVoox, en Spotify, en YouTube o en Twitter, la gente está al pie del cañón para recordarnos que de Marvel no sabemos nada.
Y nos encanta.
Por lo menos a mí.
Yo creo que el hecho de que una persona se tome el tiempo de escuchar un podcast para criticar todo lo que digas es brutal.
En medio de la batalla por la atención, lograr que alguien dedique una hora de su tiempo a escucharte aunque no le guste lo que estás diciendo, es un logro.
Y eso debe considerarse un éxito.
No existe la crítica constructiva
Ese podcast, el primero, el que rápidamente reunió 1000 reproducciones, estaba mal grabado, mal editado, mal locutado y las cosas que yo decía eran una basura.
En el de Marvel cuidamos (o cuidábamos) hasta el último detalle.
Y nos criticaban igual.
En la creación de contenido no existe la crítica constructiva.
No la busques.
No la esperes.
Porque no existe.
Crear contenidos, de cualquier tipo, nos expone frente al mundo.
Y aunque intérpretes un personaje, como le pasa al actor de Criston Cole en House of The Dragon, la gente te va a odiar a vos.
Te van a criticar.
Y si lo hacen, es porque tu contenido está llegando más lejos de lo que pensabas.
Hay un grupo que siempre te va a apoyar.
Se les llama «Friends, Fools and Family» y son esas personas que siempre te van a regalar un like, un RT y hasta van a comprar alguno de tus productos.
Amigos, familias, amigos de amigos, amigos de la familia y tus primeros seguidores/oyentes.
En ese pequeño círculo no hay críticas y todo es color de rosa.
Pero si logras crecer y trascender esa primera barrera de amor incondicional, prepárate para el odio.
No sos vos.
Son ellos.
Una legión de trogloditas refugiados detrás de un teclado.
Como vos y como yo que lo hacemos detrás de un micrófono, pero ellos están listos para atacar donde más duele: en el ego.
Yo creo que no hay nada más egoísta que un podcaster (o un creador de contenido) que alguna vez se convenció a sí mismo de que lo que tenía para decir podía importarle a alguien.
Y acá estamos.
Por eso nos duele cuando nos golpean justo en el síndrome del impostor.
Recuerda: detrás de un teclado, todos somos valientes.
La mayoría de esas personas no se animarían a decirte esas cosas en la cara.
Y por supuesto que yo tampoco sería capaz de contestarles algo así en persona.
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